martes, abril 26, 2011

EL LOBO ESTEPARIO

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Autor: Hermann Hesse, novelista y poeta; 1877-1962. Premio Nobel de literatura en 1946.
Otras obras: Peter Camenzind, Bajo la rueda, Gertrude, Rosshalde, Siddharta, Alma de niño, Klein y Wagner, Demian, El último verano de Klingsor, Narciso y Goldmundo, El juego de abalorios; etcétera.
Género y corriente: Novela psicológica.
Estructura: Dividida en cuatro partes: Introducción, Anotaciones de Harry Hallen; Tractat del lobo estepario y Siguen las anotaciones de Harry Haller.
Sinopsis: Desde el comienzo, de la novela se destaca la compleja, técnica narrativa que emplea el autor. Comienza con el procedimiento del manuscrito ajeno, encontrado y luego dado a la imprenta; prosigue con una introspección y ahí son presentados los temores, conmociones y dudas que agitan y perturban el espíritu atormentado, original y complejo que caracterizan al sombrío Harry Haller, el "lobo estepario".
Éste es un hombre de casi cincuenta años, cansado y pesimista, enfermo del cuerpo y del espíritu; extraño, insociable, misterioso, lleno de talento y "con una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible", es un ser introvertido, con vicios y virtudes, castigado por dolorosas experiencias, se siente desubicado en el mundo material circundante y busca la verdad a través de todas las vivencias imaginables; además, es un individuo, en pugna con las dos naturalezas opuestas que habitan en él: la espiritual y la instintiva.
Hesse continúa con un paréntesis descriptivo, de la personalidad de Haller en el Tractat —tratado— del lobo estepario. Después- de su lectura, Harry sigue aburrido, descontento, inconforme consigo mismo. Cierto día se rebela ante esa mediocridad e irrelevancia que marcan, su vida; requiere de alguna agitación fuerte que sacuda la monotonía de su existencia y lo saque de ese simple vegetar cotidiano.
Al borde casi del suicidio, un día tiene un encuentre, casual con Armanda, joven y hermosa encarnación de la vida, del mundo sensual, gozoso y terrenal, opuesto al mundo oscuro, pesimista e intelectual de Harry. Armanda le enseña a disfrutar los placeres de la vida, los simples y pequeños detalles que pueden hacer amable la existencia: bailar, comer… Es la liberación, la redención del "lobo estepario", un hombre que no sabe reír.
En cierta ocasión Armanda casi le ordena aprender a amar lo más bajo y vulgar, entonces le presenta a María, criatura instintiva, sensual, símbolo del amor físico, a un tiempo inocente y pervertida; ella le enseña placeres para él desconocidos y, junto con Pablo, un saxofonista de una banda de Jazz, introducen a Harry en el mundo del opio. Sin embargo, el "lobo estepario" no es totalmente feliz; siente la carencia de algo inexplicable.
Concluye Hesse con un juego simbólico: una noche se celebra un baile de máscaras, al que Haller concurre invitado por Armanda y se, identifica con aquel ambiente lleno de baile, música, de goce terrenal, de vértigo y alegría. Harry piensa que hay algo mágico en aquello; se confunden realidad y fantasía. En ese instante Harry sale del hechizo y despierta —dice la obra—, toma plena conciencia de las cosas. Se suceden luego escenas de profundo sentido alegórico en un desdoblamiento del alma de Harry: por un lado, su ansia y tendencia a lo sublime; por otro, su apego a las cosas terrenales. En un clima irreal, onírico, aparecen Armanda y Pablo, quienes lo conducen al "teatro mágico", donde se representa toda la complejidad de la vida. En un momento dado Harry descubre, a Armanda junto a Pablo, desnudos luego del amor; entonces la mata, es decir, aniquila lo que más ha querido, la vida misma, a modo de expiación y autocastigo, de autodestrucción. Harry es juzgado y ejecutado. Pero de nuevo vuelve a despertar y descubre que otra vez todo, ha sido un sueño, una alucinación, una trágica y terrible simulación dentro del "fascinante juego de la vida". El "lobo estepario" comprende todo: Armanda, María y Pablo sólo han sido figuras de ese gran Pego, y de él depende saberlo jugar o no. Cuando sepa hacerlo, aprenderá a reír.
La historia de Harry Rafier es una visión maestra del conflicto interior y de la angustia existencial del hombre, moderno, quien, igual que Harry, debe aprender la lección: la vida es un juego dramático. Si somos diestros en él, al final del camino nos esperan el amor, la sabiduría y la armonía.

CARTAS A UN JOVEN POETA

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Autor: Rainer María Rilke, novelista y poeta nacido en Praga; 1875-1926.
Otras obras: Vida, y canciones, Canto de amor y muerte del corneta Cristóbal Rilke, Libro de las imágenes, Libro de las horas, Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, Elegías de Duino, Sonetos de Orfeo, etcétera.
Género y corriente: Literatura epistolar.
Estructura: Consta de 10 cartas.
Sinopsis: El joven Franz Xaver Kappus, poeta incipiente y alumno de la escuela militar donde antes había estudiado el propio Rilke, un día envía a éste algunas de sus poesías pidiendo su opinión sobre ellas y su vocación. Rilke contestó y así nacieron estas famosas y bellísimas cartas de inestimable contenido espiritual, separadas del epistolario particular del autor y publicadas después de su muerte en 1929. Varios temas aborda Rilke en ellas: la poesía y la creación literaria, la crítica, la naturaleza y la humildad frente a su misterio, la soledad, el mundo interior, Dios, el amor, la muerte, la profunda armonía de la vida y, en fin, el arte en general.
Cuando un poeta crea —afirma Rilke— no debe preguntar a los demás si sus versos son buenos o no; más bien debe penetrar en si mismo e indagar de dónde nace esa vocación: si su inclinación es producto de una necesidad interior, sus poesías desde luego serán buenas y deberá seguir escribiendo; pero si el hecho de escribir está condicionado a situaciones externas a él —como la vanidad, la crítica, los amigos, los lectores—, entonces, cualquier cosa que produzca seguramente no será de calidad.
Una obra de arte es buena sólo cuando nace de la necesidad. El que pretende convertirse en un buen poeta debe preguntarse primero si podría vivir sin escribir; si la respuesta es sí, mejor debe abandonar su empeño y dedicarse a otra cosa. Si la respuesta fuera "moriría si dejara de hacerlo", entonces debe seguir ese camino; he ahí su verdadera vocación. Ya en ella, debe abandonar toda otra cosa y construir su vida alrededor de ese único eje, la vocación- Si sigue estos lineamientos, no debe temer ni confiar en ninguna crítica; ésta siempre es incapaz de juzgar algo tan inefable como la creación poética.
En relación con ello está el tema de la soledad: el poeta no debe evitarla, sólo amándola sin reservas y sumergiéndose completamente en ella encontrará la verdadera fuente de inspiración para su obra. La atenta observación de la naturaleza —declara Rilke— es otro sabio aprendizaje. Frente a ella y sus misterios sólo cuadra una gran reverencia. Además, quien la ama y se impregna de ella nunca está solo. Penetrar en el propio mundo interior es otra clave que el verdadero creador debe aprender; solamente haciendo esto podrá madurar, crecer espiritualmente; en ese lugar el tiempo no cuenta, esperando con paciencia y humildad, en él hallaremos el nacimiento de una nueva luz enriquecedora de la obra de arte.
En esta obra de gran profundidad reflexiva afirma Rilke, su creador, que: "Es necesario vivir en celo, crear en celo". Para él, la vida creativa está demasiado cerca del amor y de la vida sexual: tiene sus mismos sufrimientos, voluptuosidades, angustias, dudas, obsesiones, deseos, insatisfacciones y dichas dolorosas. Solamente el amor y la creación proporcionan un profundo conocimiento de la vida, un conocimiento universal; tan sólo a través de ellos se puede llegar a Dios. Así como debemos estar solos para crecer y estamos solos frente a la muerte, debemos estar solos para crear y para encontrar a Dios. Nadie nos puede socorrer para esta maduración.
La honda espiritualidad emanada de estas cartas las hizo célebres en todo el mundo.

LA MONTAÑA MÁGICA

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Autor: Thomas Mann, cuentista y novelista; 1875-1955. Premio Nobel de literatura en 1929.
Otras obras: Los Buddenbrook, Tristán, Tonio Kröger, Alteza real, Muerte en Venecia, Carlota en Weimar, José y sus hermanos, etcétera.
Género y corriente: Novela realista.
Estructura: Está dividida en siete capítulos.
Sinopsis: Hans Castorps, un joven burgués, va a visitar a su primo Joaquín, internado en un sanatorio para tuberculosos enclavado entre montañas. Frente a ese ambiente impresionante ("mágico", por la naturaleza sobrecogedora de su alrededor, por la forma especial como se vive dentro del sanatorio y por las sensaciones que en el protagonista logra despertar), Castorps también se reconoce enfermo y decide quedarse.
Durante su permanencia —de siete años— desfila simbólicamente y discute el espíritu enfermo, casi agonizante, de Europa, en extensos diálogos en los que se profundizan los problemas esenciales del individuo y la sociedad. El estallido de la guerra de 1914 saca a Castorps de ese ambiente casi irreal y lo conduce a los campos de batalla.
Éste es, en esencia, el argumento lineal de la novela, sin embargo, es importante señalar- ella los puntos más destacados que confieren a la obra la excelencia literaria que la caracteriza: primero, el realismo detallista y minucioso en sus descripciones, tanto de la naturaleza como de la psicología de sus personajes, la mayoría patológicos (característica por la cual se acerca al naturalismo); segundo, el análisis de la sociedad europea encarnada en los distintos personajes que se curan y convalecen en el sanatorio; tercero, la transformación de la personalidad del protagonista, Castorps, quien al entrar en contacto con la naturaleza logra salir de la frivolidad permanente en la que hasta entonces vivía para madurar y crecer cultural y espiritualmente; cuarto, la dialéctica —las extensas discusiones entre Settembrini, un teórico de las ideas revolucionarias y del racionalismo liberal e individualista del siglo XIX, y el comunista Naphta, otro intelectual puro que defiende las tendencias intuitivas y elementales del hombre—como un recurso del autor para exponer sus propias ideas y dudas acerca de la política que vive Alemania en aquel momento; quinto, la forma discreta y delicada en que se presenta el enamoramiento entre Castorps y la señora Chauchat, otra enferma del sanatorio; recurso normal, pues el autor nunca se ha caracterizado por la descripción de grandes pasiones, y sexto, el tratamiento del tiempo: aquí, en las alturas de esta "montaña mágica", el tiempo tiene un ritmo distinto del de las ciudades; es más elástico, más flexible, es un tiempo relativo y, en cierto modo, otro protagonista, el rector que dirige todos los acontecimientos escenificados en esa cumbre encantada.
La montaña mágica, además de su valor como documento de una Europa en transición entre la decadencia de fines del siglo XIX y los comienzos del XX, posee, desde el punto de vista literario, una forma magistral creada por el autor en la descripción paulatina de la evolución interior de Castorps, cuya vida, sin duda, Thomas Mann quiso exaltar y proponer como un ejemplo a seguir.

EL CASO MAURIZIUS

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Autor: Jakob Wassermann, novelista y ensayista; 1873-1934.
Otras obras: El hombrecillo de los gansos, Gaspar Hauser o la indolencia del corazón, La máscara de Erwin Reiner, La tercera existencia de Joseph Kerkhoven, La historia de la joven Renata Fusch, etcétera, además de algunos ensayos.
Género y corriente: Novela realista.
Estructura: Está dividida en tres partes: El valor de la, vida (siete capítulos), Entre dos mundos (seis capítulos), y La muerte irrevocable (tres capítulos).
Sinopsis: En esta obra se plantea el problema del contraste entre la justicia, como concepto teórico o ideal, y su aplicación práctica a través de las leyes.
El magistrado Wolf von Andergast es un hombre rígido e inflexible para aplicar la ley. En cambio su hijo Etzel, un muchacho de 16 años, posee una mentalidad más abierta y humana, y una sensibilidad más aguda a causa de la soledad en que vive, junto a un padre inaccesible, siempre ocupado, y lejos de su madre, pues están divorciados. Cierto día, Etzel se entera de un suceso que ocurrió dos años antes de que él naciera, "El caso Maurizius", en el que su padre estuvo involucrado.
Maurizius era un joven de 26 años, débil de carácter, casado con Elli, dieciocho años mayor que él. Al poco tiempo, el joven se enamora de su cuñada Anna, muchacha extraña e impenetrable a quien también ama Waremme, hombre inteligente y culto de quien se afirma mantenía tratos con el diablo.
La tensión entre Maurizius y su mujer, y entre las hermanas Elli y Anna, llega al máximo y estalla. Una noche, Maurizius regresa de un viaje; Elli y Anna salen a su encuentro. Está también presente Waremme. De pronto, Elli cae muerta de un balazo. Su marido es acusado del asesinato. En el juicio, von Andergast, basándose en las declaraciones de Anna y Waremme, sentencia a Maurizius a cadena perpetua, a pesar de que éste en todo momento alega ser inocente.
Etzel se entera de esta historia por boca del anciano padre de Maurizius, y por un cúmulo de detalles se convence de que éste no es culpable. Rebelándose contra la injusticia cometida, huye de su casa y en Berlín logra descubrir el paradero de Waremme. Cuando se entrevista con él, le arranca la verdad: el crimen fue cometido por Anna.
La huida del hijo y las causas que la motivaron preocupan hondamente al magistrado; decide entonces platicar con el condenado. Una vez convencido de su inocencia, von Andergast obtiene el perdón para Maurizius. Pero Etzel no queda satisfecho con esta solución a medias, y protesta indignado; el perdón no basta; él tiene pruebas de la inocencia de Maurizius, por lo tanto es necesario reivindicarlo públicamente, y así se lo exige a su padre.
Todo es en vano; el magistrado le hace comprender que las pruebas son insuficientes y que el hecho provocaría un escándalo jurídico. La obra termina con la crisis espiritual que, a causa de esta decisión, se desata en el ánimo de Etzel acerca del sentido de la justicia.
Con base en esta sencilla trama, Jakob Wassermann construye con habilidad y mucho talento una novela llena de interés y de gran perfección literaria.

LOS TEJEDORES

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LOS TEJEDORES
Autor: Gerhart Hauptinann, dramaturgo y novelista; 1862-1946,. Premio Nobel de literatura en 1912.
Otras obras: Antes del amanecer, La ascensión de Hanneles al cielo, La campana sumergida, etcétera (teatro); Emmanuel Quint, el loco en Cristo, El hereje de Soana, etcétera (novela).
Género y corriente.: Drama naturalista,
Estructura: Consta de cinco actos.
Sinopsis: La acción de este drama social —y socialista— se ubica en Silesia, en 1840, y se basa en una revuelta histórica en ese lugar y en esa fecha, cuando los tejedores quedaron sin trabajo a causa de la introducción de telares mecánicos y de la importación de algodón. Es, por lo tanto, la historia de una insurrección, en la que el autor expresa el nuevo espíritu revolucionario de la clase trabajadora y alude al momento histórico, político y económico que se está viviendo.
Puede afirmarse que cada acto es un cuadro separado, y en cada uno la revuelta va madurando, hasta estallar amenazadora y quedar sin resolución alguna, en una especie de final abierto. La miseria, la humillación y el hambre son el alma y el fondo de estos cuadros, además de conferir unidad a la obra.
El primer acto se desarrolla en la fábrica de Dreissiger, el día de pago. La multitud de obreros se reúne para cobrar su mísero salario; todos tienen un aire angustiado, débil, enfermizo y lastimoso. Dreissiger, el patrón, no se deja ver, y sólo sale de su oficina al ver desmayarse de hambre a un niño que acompaña a los obreros. Dreissiger lo socorre impresionado y con falsas palabras calina a la multitud, que ha empezado a agitarse. Pero el tejedor Baeker no se deja convencer, y sólo él eleva el tono de su voz. Este cuadro sórdido y miserable, de hambre y pobreza, de sumisión abyecta ante el patrón, retrata desde el primer momento la explotación y la injusticia social que imperan.
El segundo acto ocurre en casa del viejo tejedor Baumert; la miseria más negra está presente en el ambiente, en las caras macilentas y en los harapos que visten los personajes. Jaeger, un soldado en uso de licencia que regresa a su terruño, prende la mecha de la insurrección. Cantando la canción que luego se convertirá en el himno de los sublevados, es él quien despierta y agita el ansia del desquite en aquellos miserables y hambrientos.
Este impulso se agudiza y toma forma en el tercer acto, cuando los tejedores reunidos en la taberna del pueblo, perturbados por las discusiones y el vino, se rebelan contra un gendarme que les prohíbe cantar el famoso himno. Entonces la multitud se dirige a la fábrica —cuarto acto-y Jaeger, el jefe, es detenido mientras la muchedumbre airada penetra a la fuerza en la mansión de Dreissiger, donde causa terribles destrozos.
El quinto y último acto plantea cierta duda sobre esta aparente victoria mediante el uso de la violencia. La acción transcurre en casa del viejo Hilse, un tejedor mutilado que, debido a sus ideas religiosas, no se deja arrastrar por la multitud sublevada. Pero la nuera se rebela contra sus "chocheces de viejo" y baja a la calle donde los soldados reprimen a los huelguistas. Y mientras el hijo de Hilse va también para defender a su mujer, el viejo tejedor es alcanzado por una bala perdida y muere frente a su telar.
El autor declaró que con este drama no perseguía intereses socialistas, sino sociales, y sólo era "un pedazo de vida, lo cual significa mucho más". Cierta o no esta afirmación, literariamente corresponde verla así, y además se trata de una obra valiosa por sus innovaciones estilísticas y teatrales dentro de la escena moderna.

viernes, abril 08, 2011

LAS LANZAS COLORADAS

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Autor: Arturo Uslar Pietri, narrador, dramaturgo, periodista y político; n. 1906.
Otras obras: El camino de El dorado, El laberinto de fortuna [trilogía], Oficio de difuntos, etc. (novelas); Barrabás y otros relatos, Red, Treinta hombres y sus sombras, Pasos y pasajeros, Moscas, árboles y hombres, Los ganadores, etc. (cuentos); Chúo Gil y las tejedoras (teatro); ensayos, y artículos (crítica literaria).
Género y corriente: Novela histórica.
Estructura: Está dividida en 13 capítulos numerados.
Sinopsis: Doña Inés, joven y bella, entabla amistad con David, un inglés de gusto refinado e ideas liberales que la pretende con discreción durante su visita a la hacienda de los Fonta.
En Venezuela corren los tiempos de la terrible lucha por la independencia, en la cual se enfrentan los bandos independientes, comandados por Simón Bolívar, y realistas, dirigidos por Boves, un fiero caudillo.
El capitán David y su amigo Fernando Fonta viajan a la ciudad, y al regreso se encuentran con que Presentación Campos incendió la hacienda y abusó de Inés, quien se ha vuelto loca. Ambos jóvenes salen a perseguir al bandido y el inglés muere a manos del ejército de Boves, al que se ha unido el mayordomo con algunos esclavos de El Altar.
Inés, loca y sin dinero, vaga de un lado a otro buscando a Campos para matarlo. En el camino conoce a la Carvajala, una mujer que se había entregado al violador de Inés y aún lo ama. Para proteger a su amante, la Carvajala señala a Inés una dirección equivocada.
Los dos últimos capítulos muestran a las dos figuras históricas que constituyen los polos entre los cuales deben definirse los personajes de la novela: Boves y Bolívar.
Fernando se une a los independentistas, con quienes debe enfrentar a Boves en la que será la última batalla. Su idealismo no le permite sumarse al combate y, blanco fácil del ataque enemigo, encuentra la muerte.
Campos se deja llevar por la euforia de la lucha y entra en un pueblo dominado por las tropas insurgentes, donde cae herido.
El último capítulo es verdaderamente magistral. Presentación nunca verá a Bolívar, sólo al escuchar el nombre del libertador sabe de su próxima llegada al pueblo donde se encuentra prisionero.
En una dramática escena final, el antiguo mayordomo de la hacienda de los Fonta hace un inmenso esfuerzo para ver a su enemigo, pero aquel inútil gesto le cuesta la vida.
"La lanza fría en el brazo desnudo. El caballo loco bajo las piernas cerradas. Ahora estaba tendido sobre la tierra húmeda. ¡Carvajala! ¡Carvajala! [ ... ] Se siente desfallecer de debilidad. Las heridas le producen un dolor exagerado. Si hubiera de morir. No; no quiere morir. No podría ir a la guerra, ni usar su fuerza, ni hacerse un jefe.
Estaba hecho para andar guerreando con sol. ¡Carvajala! Ahora lo estaba esperando. Él se iba a morir. Ella lo esperaba [...] ¡Bolívar viene! Aquel hombre a quien odia tanto, por cuya causa está casi reducido a la muerte. Quería verlo. Si tuviera fuerzas, si pudiera fugarse y matarlo [...] La guerra. Ya no puede ir a la guerra. Ahora está inutilizado. La guerra para ganar tierras y dominar ciudades [_] Allá, a lo lejos, se ve a caballo a Bolívar. Él no lo ha visto nunca. Viene. Presentación Campos siente que está llegando. Que en algunos instantes va a pasar cerca de él. Un calosfrío le hace vibrar los nervios. Viene. Aquel hombre que lo ha obsesionado. Que ha obsesionado toda la tierra de Venezuela. Está llegando. Va a pasar junto a él. Podrá verlo pasar a caballo. Haciendo un esfuerzo le verá la cara [ ... ] El griterío inunda las paredes, el techo, la sombra, y fatiga el delirio del herido. Siente el hervor de la sangre, de la sombra, de la tierra [...] Aquél es el momento. Lo siente llegar. Ha llegado. Está pasando junto a él en aquel instante. Con una fuerza como para llevarse diez hombres con la lanza, empieza a levantarse. El dolor lo atraviesa. Se alza lentamente. Se va incorporando [...]Está en cuclillas en el suelo [...] Ya sus dedos lo están viendo. Continúa el esfuerzo con una infinita calma dolorosa. Sube. Ya va a llegar. Falta apenas un tirón más [...] Llega. Llega. Va a verlo. Está allí. Sus ojos rozan el borde de la ventana. ¡Aún más! Un infinito frío lo golpeó de pronto […] Un gran frío le cala el dolor de las heridas
Suavemente dejó resbalar la mano de la reja, y fue a desplomarse sobre la tierra húmeda, la carne pesada de muerte"
Ésta es, sin duda, una de las más importantes y bellas novelas históricas de la actual literatura latinoamericana, gracias a la cual obtuvo fama y reconocimiento su autor.
Las contrastantes personalidades de los protagonistas determinan el desarrollo de sus destinos respectivos y así, por ejemplo, el irreflexivo idealismo de Fernando Fonta y la temeridad de Presentación Campos conducen a ambos hacia sendas muertes sin gloria. Además, Uslar Pietri logra crear un clímax irrepetible en el último capítulo de la obra.
Dueño de un estilo brillante, con un dominio absoluto de la técnica narrativa, por la viveza de sus diálogos y la penetración psicológica para presentarnos y describirnos los personajes, este autor venezolano influye en toda la novelística latinoamericana.
La novela, publicada en 1931, se construye a partir de una oposición fundamental: de un lado, Presentación Campos, mayordomo de la hacienda El Altar; y del otro, sus amos Inés y Fernando Fonta.
Desde los primeros capítulos se enfrentan la dureza del mayordomo y la pusilanimidad del dueño de El Altar, quien siente por los esclavos una extraña fascinación, indigna de su posición social, según opinan los vecinos y el propio Campos.

LA OTRA MITAD

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Autor: Carlos Martínez Moreno, narrador y periodista; 1917-1986.
 Otras obras: Los días por vivir, Cordelia, Los aborígenes, Los prados de la conciencia, La sirena y otros cuentos, Las bebidas azules, De vida o 7nuerte (cuentos); El paredón, Con las primeras luces, Coca, Tierra en la boca, El color que el infierno me escondiera (novelas); Los días que vivimos (ensayo).
Género y corriente: Novela psicológica moderna.
Estructura: Está integrada por 25 capítulos.
Sinopsis: Mario Possenti lamenta la pérdida de Cora, su amante, quien fue asesinada por Carlos, el esposo de ella, y éste a su vez se suicidó. El vacío al que se enfrenta Possenti lo hace evocar tanto su pasado corno el de ella, así como el nacimiento y la consolidación de su amor.
La relación con Cora se presenta a través de un conjunto de recuerdos que dan identidad a los protagonistas.
En la primera parte de la novela, Possenti se transforma en una especie de investigador policiaco ansiando descubrir la causa de la tragedia. Busca noticias, hechos, actitudes, horarios. Trata de averiguar cuál de los dos murió primero. Y se pregunta si se muere con los ojos abiertos y por qué.
Luego, en su angustia, el amante solitario se aleja de ese tipo de investigación para averiguar en lo más hondo de sus sentimientos.
Él, que creía saber todo acerca de ella, se ve obligado a cambiar; ahora lo hace buceando en los instantes perdidos, en los momentos de felicidad, apelando a la introspección y la retrospección.
La vida de Cora es la historia de una disonancia. Aunque su niñez transcurre dentro de una familia con valores tradicionales, a edad temprana presencia escenas violentas fuera de casa, sucesos que los demás se empeñaron en ocultar y ella persevera en mantener vivos.
Desde pequeña es fuerte y conforme crece acepta las zonas de conflicto indispensables en su personalidad independiente.
Poseedora de una sensualidad despierta en todo momento, la considera frustrada e insatisfecha por Carlos, su marido, profesor de literatura que siempre tiene el pensamiento puesto en su amada. Mario Possenti relaciona, en una emotiva cátedra, el destino de Cora con el de la poetisa uruguaya Delmira  Agustini, en ambas, según él, la aspiración al amor las empuja desesperadamente hacia la muerte.
En su soledad, Possenti se acerca a otros personajes que también conocieron a Cora.
Junto a él vive Galia, hombre de vigorosa vida interior; brillante, pero incapaz de establecer una relación profunda con los demás, pese a su gran necesidad de afecto, y destinado a aclarar algunos aspectos de la tragedia de Cora.
Luego, existe Dina, que puede elevarse del candor casi infantil a la seriedad de la vida adulta sin perder su calidez; es también la dueña de la librería donde se conocieron Cora y Mario Possenti, y vive preocupada por sus gatos.
Los protagonistas consiguen superar su sentimiento de culpa por el adulterio mediante la justificación de no hacer sufrir a nadie "si les seguimos dando lo mismo que ya tenían de nosotros, todo lo que antes les dábamos." Por eso, Cora no se atreve a pedir el divorcio a su esposo; por eso, ellos y su amor funcionan" aun cuando, en ocasiones, la distancia los separa.
La mujer paga su culpa con el cautiverio, el hombre paga la suya después de la muerte de ella. El vacío actual lo eleva a revisar su actitud ante el amor, del que podía esperar todo; ahora sólo se pregunta, en medio de la soledad: "Amor mío, ¿quién eras?"
Termina la obra cuestionándose "¿y ahora? Ahora nada. Éste ha sido, éste seguirá siendo el territorio de nuestra soledad [ ... ] Hasta mañana, piensa en mí, quiéreme [ ... ] Ésta es la condena, extrañarte, olvidarte, no olvidarte, la soledad, la noche, el vacío, el tiempo, la incomunicación y la muerte."
En La otra mitad, Martínez Moreno examina el sentimiento causado por la pérdida de un ser amado. Utiliza como recursos técnicos la reflexión de Mario Possenti sobre el amor, y la memoria que contrasta el pasado con el presente para expresar claramente la intensidad de las pasiones.
Más que la anécdota, interesa a Martínez Moreno bucear en la situación existencial en que aparecen inmersos sus personajes. Esta novela, como muchas otras de su producción literaria, es una exploración de almas, una búsqueda del significado plural y contradictorio de la existencia humana.
Por su originalidad técnica, por el ritmo de su prosa, capaz de mantener en suspenso la atención de los lectores, Martínez Moreno es un innovador que ha enriquecido con su estilo la literatura uruguaya contemporánea.

GRACIAS POR EL FUEGO

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Autor: Mario Benedetti, poeta, narrador, dramaturgo y ensayista; n. 1920.
Otras obras: Poemas de la oficina, Poemas del hoy por hoy, Noción de patria, Contra los puentes levadizos, El cumpleaños de Juan Ángel, Poemas otros (poesía); Esta mañana y otros cuentos, EL último viaje y otros cuentos, Montevídeanos, La muerte y otras sorpresas, Cuentos completos (relatos); Quién de nosotros, La tregua, Primavera con una esquina rota (novelas); Pedro y el capitán (teatro) y ensayos (crítica literaria).
Género y corriente: Novela urbana moderna.
Estructura: Está dividida en 15 capítulos.
Sinopsis: Una noche de abril de 1959, un grupo de quince personas, hombres y mujeres, se reúne en un restaurante de Nueva York, donde "no sólo se habla en un español nasal y contaminado; también podría decirse que se piensa, se camina y se come en español". Todos son uruguayos y la mayoría pertenece a la clase media alta y en sus pláticas insulsas y frívolas declaran su admiración por las perfecciones de la modernidad, por el poderoso país del norte y, al mismo tiempo, expresan su desprecio por el Uruguay, Porque "Montevideo no es nada         no tenemos nada [...I salimos de una huelga para entrar en otra entre nosotros el obrero es la chusma [ ... ] nada, no producimos nada [ ... ] tenemos una filosofía de tango, y así no se va a ninguna parte [...] yo no pienso regresar al Uruguay; alguna vez, puede ser, de visita, pero a radicarme jamás". Asoma entre las parejas cierto eventual coqueteo con su vecino de asiento, porque a la distancia nadie se acuerda de su apariencia moral y "me gusta estar lejos de Montevideo porque entonces pierdo mis inhibiciones".
Mientras se sienten con vergüenza de ser uruguayos, el teléfono suena. Todos callan. Algo ha ocurrido, algo horrible: "Una catástrofe. Una inundación espantosa. Un maremoto. El agua arrastra todo por las calles. Todo destruido. Una catástrofe como nunca. El país borrado del mapa. Campo y ciudad." El Uruguay en ruinas. Arrasado, totalmente arrasado. Hay gritos, desmayos de mujeres, llantos, angustia... De pronto, todo en ellos es sólo arrepentimiento "...que no producíamos nada. Y no es cierto. Es un lindo país [...1 se puede trabajar sin miedo [ ... ] nadie nos molesta [. ..] es un lindo país [...les mi país, es mi patria [...] borrado del mapa..." y la preocupación egoísta por los negocios, las propiedades, los maridos, "mi mamita, mi hermano, mi pobrecito papá", los hijos, la mujer. Ramón Budiño piensa en su hijo Gustavo, y en Dolly, la mujer de su hermano. "Castigo de Dios, piensan las mujeres y rezan. Castigo de Dios por ser renegados, por ser ociosos, por despreciar a los pobres, por mentir [...] todo era una pose; me gusta aquello; es un país chiquito, insignificante, pero me gusta"; la coqueta reconoce que "soy una puta; nada más que una puta".
Vuelve a sonar el teléfono. Todos quedan paralizados. Suspiros de alivio ante las nuevas noticias. Todo era una exageración. Se trata de una inundación, más importante que las de otros años, pero nada serio. Un gran silencio, y luego del susto, todo vuelve a la normalidad, alegría, coqueteos, nuevas inconformidades. "Convénzanse. Somos una porquería. Ya lo vieron. Ni siquiera somos capaces de tener una catástrofe de primera clase."
Traspuesto el umbral del primer capítulo, escuchamos la voz de Ramón Budiño, quien nos cuenta cómo treinta y siete años han pasado desde que se sentía protegido, contento, orgulloso por saberse hijo de un "tipo impecable", de un padre que todavía no era el Viejo, sino sólo papá; de un hombre "elegante, siempre afeitado, seguro de sí mismo". Treinta y siete años desde aquel día cuando, por soportar estoicamente el piquete de una inyección, papá le permitió escoger el juguete que más le gustaba, y le compró no una, sino diez cajas de soldaditos. Pero después de treinta y siete años, el protagonista es un hombre adulto sin madurar porque siempre ha vivido a la sombra de el —Edmundo Budiño—, a cuya voluntad él siempre se sometió, y ahora sabe que es el hombre corrupto, admirado, déspota, respetado, temido, cuya imagen actual no corresponde al ideal de los días de la niñez de Ramón.
¿Cuándo, se desvaneció su amor por el padre? El día en que el protagonista —aún niño— presenció la escena que lo obsesiona. Su memoria está marcada por el recuerdo de la violación de su madre. Ella no quiere, el Viejo la golpea; luego, el grito de la mujer. "Quedé paralizado", confiesa Ramón. Durante una semana la señora debió usar lentes oscuros. El recuerdo lacerante se aviva luego, cuando ella muere. "Papá se había convertido en el Viejo."
Sin embargo, este "inescrupuloso, secretamente putañero e inseguro", para todos sigue siendo encantador, maravilloso, brillante, protector, todopoderoso.
Para Ramón Budiño, el desencanto también llegó cuando se entera de que el Viejo financiaba bandas fascistas. Pero no todo lo que hace su padre lo sabe Ramón; la voz impersonal de otro narrador —el autor— nos dice más adelante que el Viejo es tan irresistible, "tan masculinamente hermoso", que seduce a Gloria Caselli, una adolescente todavía virgen, y la convierte en su amante y confidente inofensiva durante veintidós años; una amante siempre fiel —a pesar de las otras relaciones ocasionales de él— y a quien desde el principio mantiene en secreto, aun después de enviudar, porque nunca mencionó la posibilidad de casarse con ella; una amante siempre clandestina, escondida, ignorada de todos. Él se las arregla muy bien para ser discreto. Además, los que sospechan tienen miedo de indagar; nadie se atreve a descubrir el punto débil de Edmundo Budiño, institución nacional.
Su relación con Gloria signe siendo egoísta hasta hoy, cuando él tiene 68 años y hace tres que se acabó el sexo; ella tiene 41. Pero ante este terrible secreto que sólo ella posee, él se las ingenia para tomarlo no como una vergüenza, sino como un "merecido descanso". "Pasaba por alto el detalle insignificante de que su 'merecido descanso' no tenía por qué coincidir con el de Gloria; pasaba por alto que para ella no se había acabado el sexo; pasaba por alto que ella seguía exigiendo su nutrición y su juego."
"¿Es justo eso?", se pregunta ella; mas, pese a todo y a tener pretendientes a su alrededor, Gloria sigue fiel.
La conciencia de Ramón regresa insistente a la narración, con sus recuerdos, pesadillas y obsesiones: la rutina conyugal con Susana, su mujer; su anhelo por Dolly, a quien ama; el arcaico odio por su padre, renovado cada día. "Tengo que matarlo —se repite—, no hay otra salida para mí." Y se lo repite también a Dolly, mientras ella duerme, el día en que satisfizo su ilusión de tenerla.
Un día, en su oficina, Ramón ejecuta la sentencia. Prepara su proyecto, corrige los detalles, pero en el último momento se siente incapaz de hacerlo. "No puedo matarlo. Todo es más fuerte que yo: El Viejo, los lugares comunes, los tabúes de mí clase, los prejuicios." Entonces su odio apunta hacia otro objetivo, su venganza se repliega contra sí mismo: el Viejo ha vencido una vez más.
Sin embargo, el Viejo triunfa para su perdición. Su arrepentimiento es desproporcionado y tragicómico. El Viejo queda doblado, vencido, caviloso; pero el suicidio del hijo no lo conmueve. A Gloria le repugna esa actitud. Entonces se siente empujada a despreciarlo, a abandonarlo a solas con su rencor. Está harta de él, de ese viejo que sigue tan egoísta, reseco y cínico como siempre. Y ella quiere vivir. "A la mierda con él." Gloria necesita un hombre verdadero que la ame, un hombre que la use toda, en cuerpo y alma, no para apoyo del cansancio de nadie. Él llora en silencio. Gloria finalmente toma una decisión. "Luego suena el portazo."
Construida con una estructura original cuya acción está cortada por monólogos, reflexiones, recuerdos, diálogos, que dan idea del paso del tiempo y arman la trama de la obra, esta novela llena de perspectivas emocionales y subjetivas, de lenguaje preciso, es una de las mayor madurez de Mario Benedetti.

LOS PEQUEÑOS SERES

LOS PEQUEÑOS SERES.docx

Autor: Salvador Garmendia, narrador; n. 1928.
Otras obras: Los habitantes, Día de ceniza, La mala vida, Memorias de Alta Gracia (novelas); Doble fondo, Difuntos, extraños y volátiles, Los escondites (cuentos).
Género y corriente: Novela realista moderna.
Estructura: Está integrada por 13 capítulos sin número ni títulos.
Sinopsis: Cierto día por la mañana, el superintendente Mateo Martán, está anudándose la corbata ante el espejo y habla consigo mismo mientras se prepara para asistir a los funerales de su jefe de oficina; pero advierte que "su voz se quedaba flotando en el aire del cuarto como si nadie la hubiera absorbido". Mateo piensa en voz alta en el difunto y en el significado de este suceso; la muerte del jefe representará para el subordinado un ascenso que lo acerque a la culminación de su carrera como funcionario dentro de la empresa. Esta promoción lo aleja de una vida gris y monótona, pero también lo aparta de su realidad porque, de inmediato, su forma de ser se identifica con la del muerto; es decir, su vida rutinaria de oficinista va a sufrir un desequilibrio provocado por el cambio brusco que rompe con la alineación de años de obediencia.
La de Mateo Martán ha sido una existencia aburrida durante la cual siempre ha querido destruir sus relaciones con el mundo que le rodea.
Las frases y los comentarios escuchados durante el funeral de su jefe hacen visualizar a Mateo su propia invierte. Al darse cuenta de que es un ser inevitablemente destinado a morir, se le evidencia el vacío de su vida burocrática. Los impulsos que le hacen vivir se van a manifestar de otra manera. Se altera, se desconcierta, borra su cuadro de valores establecidos. El empleado gris se transforma y huye de las miradas de su familia, formada por Amelia, su esposa, y su hijo Antonio, porque también ellos ahora son ajenos a la nueva realidad de Martán.
Durante el largo día en que transcurre la acción de la novela, Mateo Martán sufre una metamorfosis gradual; se extravía en el cementerio donde "todo lo que su vista podía alcanzar ahora era un espacio solitario, dilatado en la multiplicación de pequeñas tumbas. Había perdido el camino y se encontraba desorientado".
Existe en Mateo la necesidad de pensar, de recordar hechos que le han sucedido, de expresarse en un soliloquio como si estuviera ante un auditorio que, sin embargo, no lo escucha. Busca a través de la memoria su tiempo y su pasado, mas su pensamiento es recurrente y llega al mismo recuerdo más de una vez.
Mateo entra en un bar y al principio el alcohol libera sus recuerdos, pero luego lo envuelve en una "confusión de aturdimiento". Imagina que se halla de nuevo en la funeraria donde se ve a sí mismo tendido en medio de la sala, "sobre un lecho de flores y molduras de felpa. Mi cabeza reposa en la almohadilla y me han vestido de pies a cabeza —impecablemente— con mi mejor traje azul [...] Lo importante es que ahora no existo. Esto es algo que no puedo explicar con claridad".
Mientras mentalmente está representándose su propio funeral, alguien lo sacude y retorna a la realidad, a sus ocupaciones cotidianas; con inquietud piensa de nuevo en su mujer y en su trabajo, pero no tiene la suficiente voluntad para aceptar el mundo real que lo rodea y retorna a su casa.
"¿Qué pasará allá adentro?", se pregunta escondido detrás de un árbol. Quiere observarlo todo sin ser visto, pasearse entre sus cosas, "hablarle a Amelia como si yo fuera otra persona y saber lo que piensa, las cosas que dice; despedirme después de una larga conversación."
Mateo Martán vuelve a vagar, las calles se suceden sin tregua. Camina sin objeto, se mezcla entre la gente. Mientras, su esposa empieza a organizar su vida pensando en la ausencia definitiva de Mateo y preparando a su hijo en la realidad monótona y rígida de siempre. Mateo se tiende debajo de un árbol y cierra los ojos. Y así se queda, "tendido debajo del mundo", pensando, recordando, durmiendo... mientras una voz lejana comienza a llamarlo por su nombre.
Los pequeños  seres, primera novela de Salvador Garmendia, publicada en 1959, se estructura con soliloquios que no se detienen en el monólogo interior; el protagonista sabe que alguien lo escucha. El autor revela una concepción original de la narrativa: una exploración constante y audaz de los procesos subconscientes de la convivencia humana, de la violencia y sensualidad que entraña la gran urbe. Garmendia inaugura así el tema de la alienación ciudadana en la novelística de su país.
La prosa de Salvador Garmendia es lúcida y dúctil, sin distorsiones del lenguaje. Por otra parte, Mateo Martán es un personaje convincente y con estos méritos se justifica el lugar que ocupa esta obra en la novelística hispanoamericana.

DOÑA BARBARA

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Autor: Rómulo Gallegos, narrador y político; 1884-1969.
Otras obras: El último Solar [también conocida como Reinaldo Solar], La rebelión, Los inmigrantes, La trepadora, Cantaclaro, Canaima, Pobre negro, El forastero, Sobre la misma tierra, La brizna de paja en el viento, La doncella y el último patriota (novelas); Los aventureros, La rebelión y otros cuentos, Cuentos venezolanos (relatos).
Género y corriente: Novela regionalista.
Estructura: Está dividida en tres partes: las dos primeras constan de 13 capítulos numerados y nominados cada uno; y la última de 15, también numerados y titulados.
Sinopsis: Santos Luzardo, hombre criado en la ciudad, joven, culto y con ideas avanzadas, se dirige a sus posesiones del llano donde había nacido.
Doña Bárbara, que se convertirá en la principal enemiga de Luzardo, lo ha hecho seguir por El Brujeador, su guardaespaldas preferido, que pertenece a la pandilla de El Miedo, nombre de la hacienda de esta mujer.
Estos crueles y a la vez sumisos bandoleros eran los encargados de asesinar a mansalva a cuantos intentaran oponerse a los designios de aquella señora terrible y hombruna.
Doña Bárbara tenía fama de ser una "devoradora de hombres", a quienes hechizaba con brebajes, pues era ducha en brujerías.
En una época anterior, las familias más poderosas de la región, los Luzardo y los Barquero, se desangraban en una lucha sin cuartel disputándose la posesión de la vieja hacienda de Altamira.
Al enviudar, la madre de Santos Luzardo abandona el llano y huye con su hijo a Caracas para educarlo en otro ambiente y evitar así la muerte del único sobreviviente de la familia.
Al morir la señora Luzardo, Santos se propone vender la hacienda e irse a vivir a Europa. Pero, antes, investiga la situación de sus propiedades.
Altamira ya no era la de antaño. Los administradores descuidaban sus tareas y doña Bárbara, la cacica del Arauca, mediante soborno, cohecho, violencia y crímenes, poco a poco se había ido apoderando de la tierra aledaña. Entonces Santos resuelve ir a Altamira para "meterse en aquella tierra a luchar, a defender sus propios derechos y también los ajenos, atropellados por los caciques del llano como doña Bárbara; a luchar contra el desierto, que no dejaba penetrar la civilización [ ... ] Luchar contra doña Bárbara no sería solamente salvar Altamira, sino contribuir a aniquilar para siempre las fuerzas que retardaban la prosperidad de la inmensa llanura del país".
La abusiva mujer había sido "fruto engendrado por la violencia del blanco aventurero en la sombría sensualidad de la india, su origen se perdía en el dramático misterio de las tierras vírgenes." Sus primeros recuerdos se remontaban a su existencia nómada en una piragua de contrabandistas, borrachos y asesinos, donde servía como cocinera; tenía quince años. El único amor que entonces encontró fue el de Asdrúbal, quien le enseñó a leer y escribir; pero el joven murió asesinado. Luego de eso, los contrabandistas se rebelan, dan muerte al capitán de la piragua y violan a la muchacha. El piloto de la nave, un viejo indio que conocía a la madre de la joven, la salva de ser vendida a un turco rico, sádico y leproso. Con él debe seguir vagando por el río, sin encontrar un sitio para ella. Aquel episodio la marcó para siempre.
Dura, maligna, de belleza sensual y ardiente, pero llena de sombrío rencor hacia los hombres, se inicia en las artes diabólicas para inflamarlos de lujuria y aniquilar su voluntad. Este es el ingrediente mágico, autóctono, de toda novela regionalista, y otro de los temas centrales de la obra.
Cierto día, Bárbara conoce a Lorenzo Barquero quien, abandonando todo en Caracas —novia, estudios, sociedad—, había tomado el camino del llano para ir a remediar la tragedia en que se hallaba sumida su familia. Fue un amor salvaje. Bárbara descargará en Barquero todo el odio reprimido y el rencor acumulado contra los hombres. No obstante, tuvieron una hija a quien llamaron Marisela, "pero ella no quiso ni verla y menos aún amamantarla". Él, víctima de aquella mujer insaciable y vuelto una piltrafa humana, borracho y agotado por los brebajes que ella le daba, sale de su propia casa despojado de sus tierras por doña Bárbara, quien con ellas funda la hacienda El Miedo y comienza una nueva vida, en la que seduce a sucesivos pretendientes, los arruina y, si es necesario, los asesina sin miramiento alguno.
A esa fuerza implacable debe enfrentarse Santos Luzardo para recuperar su hacienda. Para colmo de males, Balbino Paiba, bandido y amante de doña Bárbara, es el mayordomo de Altamira. Al ver el estado de la hacienda, Luzardo se queda. Su terrible vecina cambia su ropa varonil por una más femenina y se propone conquistarlo.
Santos visita a Lorenzo Barquero y conoce a Marisela, abandonada a la miseria junto con su padre. El joven advierte la belleza de la muchacha y le habla con cariño. Ella siente despertar un sentimiento desconocido.
Santos avisa su propósito de cercar sus tierras, tanto a doña Bárbara como a míster Danger, un norteamericano soberbio e insolente. El yanqui se opone. Su historia también es turbia. Llegó al llano y ocupó por la fuerza las tierras que habían sido de los Barquero. Doña Bárbara no lo echa porque él había sido testigo de la muerte de uno de sus amantes.
Para ponerlos a salvo de la influencia del gringo, Santos lleva a Marisela y a Lorenzo a su casa de Altamira. Los celos de doña Bárbara aumentan; Marisela se entera de que su madre piensa embrujar a Santos y se le enfrenta. Él interviene y nada sucede.
Uno de los peones más fieles de Luzardo aparece muerto. Doña Bárbara sospecha de Balbino Paiba y, cuando tenga pruebas de su culpabilidad, planea entregarlo a Santos para ganarse la confianza de éste; pero él la cree culpable y le declara la guerra.
Mientras tanto, Marisela se marcha de la hacienda de Santos porque está enamorada de él y piensa que aspirar a su amor es pretender un imposible. Al mismo tiempo, se siente triste y angustiada por la salud de su padre y quiere encargarse de curarlo; pero don Lorenzo muere sin que ella pueda evitarlo.
Los acontecimientos se precipitan a partir de este momento. Santos es emboscado por el Brujeador, pero aquél le da muerte. Doña Bárbara, en otra muestra de respeto por Luzardo y tratando de granjearse su adhesión, culpa a Balbino Paiba y lo hace matar.
Santos Luzardo, seguro ya de sus sentimientos, propone matrimonio a Marisela. Doña Bárbara, despechada, no se da por vencida; llena de intenciones siniestras monta a caballo y se encamina a Altamira. Va decidida a matar a su hija, pero en el último momento le faltan las fuerzas, se arrepiente y baja el arma. "Un sentimiento, maternal, desconocido hasta entonces, tomó cuerpo en ella."
A la mañana siguiente, doña Bárbara envejecida, absorta, sombría, al paso sosegado de su caballo se aleja para siempre de El Miedo.
Así, en forma vaga, sin que nadie sepa dónde se ha marchado, desaparece la cacica del Arauca.
La dramática historia del enfrentamiento entre civilización y barbarie termina con la victoria idealizada del bien sobre el mal.
Doña Bárbara es la obra cumbre de Rómulo Gallegos, la cual lo consagró en 1929 como un excelente escritor continental.
Fue el primero en lograr una novela perfecta y vasta. Empleando sólo elementos típicamente venezolanos para su elaboración, elevó la literatura latinoamericana a una altura similar a la europea.
Múltiples son los valores de esta obra: estructura adecuada, prosa que denota a un verdadero maestro en el género, agudeza psicológica para la creación de personajes, sensibilidad para descubrir y transmitir la poesía del paisaje sin desvirtuar el apego a la realidad. La suma de todas estas cualidades literarias es más que suficiente para explicar y justificar el prestigio de que goza esta novela.

CASAS MUERTAS

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Autor: Miguel Otero Silva, poeta, narrador y periodista; 1908-1985.
Otras obras: novelas: Fiebre, Oficina número uno, La muerte de Honorio, Cuando quiero llorar, no lloro, etc. (novelas); Agua y cauce, 25 poemas, etc.(poesía) y numerosos ensayos.
Género y corriente: Novela realista.
Estructura: Está dividida en 12 capítulos nominados.
Sinopsis: Carmen Rosa, novia de Sebastián, regresa a su casa luego del entierro de su amado, y se refugia en su jardín, el único sitio del pueblo donde todavía puede admirarse la belleza de plantas bien cuidadas, confirmación definitiva de la decadencia del pueblecito, pues "no quedaba a los habitantes de Ortiz sino la resignada espera del acabamiento".
Antes de que Carmen Rosa naciera, Ortiz había sido un pueblo vivo. A través de los recuerdos de los mayores, la niña intentaba reconstruir el pasado y revivir la gloria del lugar, entonces-muy distinto a las actuales ruinas.
El padre de la chica, antaño hombre activo y trabajador, enferma de fiebres y nunca recobra la cordura ni la fuerza.
A partir de ese momento, la madre, antes consagrada por entero al esposo, se dedica a sus hijas Carmen Rosa y Marta. La joven ni siquiera terminó la primaria a pesar ser la más inteligente de las alumnas de la señorita Berenice, única maestra para niñas que hay en el pueblo.
Carmen Rosa conoce a Sebastián un día de santa Rosa. Él había ido al pueblo de Ortiz a la pelea de gallos, en la cual el suyo ganó de tal forma que lo enemistó con su adversario, el coronel Cubillos, jefe civil de Ortiz.
Era la época de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Varios estudiantes presos son llevados a cumplir condenas de trabajos forzados, hecho realmente ocurrido en Venezuela alrededor de 1930, y pasan por Ortiz a bordo de un autobús.
Solamente Sebastián y el señor Cartaya, masón y liberal, se atreven a brindarles alguna ayuda. Desde ese momento, Sebastián comienza a inquietarse por la situación política del país.
Por su compadre Feliciano, el joven se entera de que en El Sombrero se prepara un alzamiento para liberar a los estudiantes y él se adhiere al movimiento. Pero el complot es descubierto, Feliciano huye y Sebastián se va en busca de las guerrillas de Arévalo Cedeño para unirse a ellas.
Entre tanto, el coronel Cubillos manda preso a Pericote, el trovador de Ortiz, para poder acercarse libremente a Petra Socorro, quien vivía con el músico. Cartaya se indigna y en seguida se presenta a protestar por tal detención, pero no obtiene respuesta.
Con la estación de lluvias regresan las fiebres palúdicas y muchos orticeños pierden la vida por esa causa. Sebastián, que llega de Parapara a visitar a su novia Carmen Rosa, contrae la enfermedad y muere. A sus amigos no les queda sino resignarse, pero Carmen Rosa, que no conoce el conformismo, se va a fundar un pueblo al oriente, donde acaban de hallar petróleo. Su madre se conforma con seguirla y sólo en el señor Cartaya encuentra Carmen Rosa palabras de aliento para su arriesgada empresa.
La señorita Berenice, a quien las fiebres habían arrebatado los pocos alumnos que tenía, queda encargada de cuidar la casa y el jardín de Carmen Rosa. Con la partida de la joven se cierra la obra. Ella se marcha, dejando atrás toda su vida, para no ser una víctima más de la desidia y de las fiebres que imperan en ese pueblo de casas muertas.
En esta novela, publicada en 1955, se aprecia ya la preocupación social, que es bastante visible en toda la obra posterior de Otero Silva.
Asimismo, el lenguaje realista que el autor domina a la perfección, contribuye al carácter de denuncia casi testimonial que singulariza a su literatura.
La tragedia de los habitantes del llano venezolano adquiere en Casas muertas dimensiones extraordinarias, lo cual, unido a sus indiscutibles valores literarios, hacen que ella ocupe un lugar de importancia dentro de las letras latinoamericanas.
El título de la novela alude a Ortiz, donde transcurre la historia, pequeño pueblo fantasma del llano de Venezuela habitado casi por inercia.

viernes, abril 01, 2011

EL ASTILLERO

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Autor: Juan Carlos Onetti, narrador; n. 1909.
Otras obras: El pozo, Tierra de nadie, Para esta noche, La vida breve, Los adioses, Una tumba sin nombre, La cara de la desgracia, Junta cadáveres, La muerte y la niña, Cuando entonces, Dejemos hablar al viento (novelas); El infierno  tan temido, Un sueño realizado, Tan triste como ella, La novia robada y otros cuentos, Jacob y el otro, etc. (cuentos).
Género y corriente: Novela existencialista.
Estructura: Está compuesta por 18 capítulos nominados y algunos subdivididos.
Sinopsis: Luego de permanecer cinco años en el exilio, "el olfato y la intuición de Larsen, puestos al servicio de su destino, lo trajeron de vuelta a Santa María para cumplir con el ingenuo desquite de imponer nuevamente su presencia a las calles y a las salas de negocios públicos de la ciudad."
A su andar lento, cansino, sirven de escenario la lluvia constante, la noche, el frío y Santa María, ciudad construida por la imaginación y la memoria de Onetti. En ella se encuentra el astillero, lugar donde no se puede ya reparar ningún barco, como no se puede restaurar tampoco ninguna personalidad.
El sitio se encuentra abandonado, en ruinas; es una realidad sórdida y degradada que atrapa y hunde a todos los actores que allí aparecen.
Así como la ciudad es creación de Onetti, también son suyas las reglas del juego, sin que él se digne evidenciarlas, al lector.
Conforme Larsen, con el afán de ser descubierto, camina por las calles de Santa María, se van suministrando pequeñas dosis de observaciones exteriores y de palabras interiores, a modo de pistas dejadas por Onetti.
El dueño del astillero es Petrus —viejo delirante y hombre de negocios—, quien finge que la empresa está a punto de funcionar nuevamente. En ella trabajan sólo un administrador y un gerente técnico, en cambio el lugar está lleno de ratas y cucarachas.
Larsen se propone ocupar el puesto de gerente general del astillero, porque ello representa la oportunidad de dar un sentido a su vida; es un último esfuerzo por recuperar la esperanza, como manera de huir de la soledad y de la conciencia de la vejez y de la muerte.
Larsen habla con el viejo Petrus y en la entrevista empieza a descubrir su propia degradación moral: "Entonces [_] comenzó a aceptar que era posible compartir la ilusoria gerencia de Petrus Sociedad Anónima con otras formas de mentira que se había propuesto no volver a frecuentar."
Larsen se sorprende con los empleados que fingen trabajar en aquel astillero, reducido sólo a un cúmulo de chatarra oxidada; sitio en donde la única actividad existente es la venta ilícita de maquinaria inservible, sin que el dueño se dé por enterado.
De este modo, la novela crea un mundo ficticio y falso. Se inventan proyectos, relaciones, esperanzas. Todos los personajes saben que juegan a engañarse y están renuentes a explicar viejas cuestiones, llevando a cuestas el peso de una fatalidad, prevista pero imposible de disipar.
Así, tanto Larsen como Gálvez —administrador del astillero— o Kunz —gerente técnico— participan en este juego y simulan mantener la actividad del inexistente negocio. Además, hasta la descripción de los objetos completa la desolación de los hombres. Todo está sucio, podrido o viejo.
El protagonista se mueve entre la ciudad y la casa de Petrus, en donde conoce a Angélica Inés, la hija idiota de éste, y a la sirvienta de ella, Josefina, a través de las cuales pretende recuperar el amor.
La posible salvación de Larsen empieza a desvanecerse en cuanto Gálvez entrega a las autoridades un documento apócrifo bastante comprometedor para Petrus, y termina con lo poco que todavía queda del astillero.
Larsen es devuelto a su soledad cuando, poco a poco, fracasa en su intento de enamorar a Angélica Inés quien, por su deficiencia mental, no capta el sentido del amor, y el protagonista se hunde todavía más al ver que la única persona con la cual pudiera existir alguna posibilidad de acercamiento —la mujer de Gálvez— aparece repelente ante sus ojos: primero por el embarazo y, al final de la novela, por el alumbramiento.
Larsen queda nuevamente solo y sin fe.
Mediante el simulacro de actividad, lucha por crearse cierta ilusión de vida, pero eso en él es otro modo de evasión. La realidad lo golpea con dureza cuando Gálvez se suicida y todo se desmorona a su alrededor.
Al ir a visitar a Angélica Inés no logra verla porque está enferma y no puede recibirlo. Allí termina la ilusión que en torno a ella se había creado. Solamente queda entonces Josefina, con quien esa misma noche —ambos borrachos— tiene una relación meramente física.
Larsen se da cuenta entonces de que sólo con ella puede entenderse porque es su igual; es decir, es el espejo ante el cual tiene conciencia de que se halla "en el centro de la perfecta soledad". Esto es sinónimo de la inutilidad de toda farsa y Larsen huye.
La metáfora del sin sentido de la vida está presente en ésta, como en la mayoría de las obras de Juan Carlos Onetti. Cada uno de sus personajes es la comprobación de la soledad creciente que padecen, de la soledad y extrañeza en que está inmerso todo ser humano.
En El astillero no importan los hechos, sino las tensiones, la atmósfera, las relaciones.
Desde un punto de vista técnico, el desarrollo narrativo de la trama es moderno y singular.
En las novelas de Onetti sólo existe incertidumbre, acciones ambiguas, hechos que aceptan varias versiones; todo está dado a través de un narrador omnisciente, monólogos interiores y reflexiones.
La obra tiene un final abierto que queda en manos del lector. Fue publicada en 1961.