jueves, junio 19, 2014

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
(El experimento sagrado)

Autor: Fritz Hochwálder, dramaturgo nacido en Viena en 1911.
Otras obras: El acusador público, La orden, Hospitales militares y muchas otras.
Género y corriente: Drama idealista.
Estructura: Dividido en cinco actos.

Sinopsis: La obra está basada en un hecho histórico: de tierras del Paraguay —asiento de los indios guaraníes— en 1767 fueron expulsados los jesuitas, quienes, durante casi ciento cincuenta años, a la sombra de los conquistadores españoles, venían dirigiendo un verdadero y poderoso emporio económico, fundado por los misioneros de la Compañía de Jesús "según los cánones de una sociedad colectivista ideal regida por las leyes de la moral y del amor cristianos".
El autor ha interpretado libremente, como artista y dramaturgo, esta innegable verdad histórica introduciéndole ingredientes de su propia inspiración y fantasía.
Don Pedro de Miura, visitador del rey, llega un día al Colegio de la Compañía de Jesús, en Buenos Aires, para comunicar al padre Fernández, provincial de la orden y máxima autoridad de las misiones jesuíticas, su cometido de investigar el desempeño de los ministros en las reducciones guaraníes. Como primera medida todos los miembros de la comunidad quedan bajo arresto preventivo. Los cargos contra ellos son graves: traicionar y desobedecer al rey, obtener ganancias usurarias con su comercio, esclavizar a los indígenas, poseer y ocultar minas de plata para su exclusivo beneficio. Sin embargo, ninguna de estas acusaciones se puede probar. El padre provincial no se inmuta; sabe que todos estos cargos no se ajustan a la verdad y sólo son debidos a intrigas políticas y a otros intereses en juego. Ante la amenazante injusticia de destruir la obra civilizadora y humanitaria de las misiones en favor de los indios, se subleva y los papeles se invierten: a una orden suya, es el visitador del rey quien queda detenido. Con esta acción, el padre provincial desafía a la corona de España. Pero hay algo más, Querini, el delegado enviado desde Roma por el general de la orden, también trae un mensaje incomprensible y casi absurdo: el padre provincial debe acatar absolutamente el mandato del visitador real, es decir, hacerse cómplice de la destrucción de la obra misionera levantada con tantos sacrificios.
La conciencia del padre entra en conflicto; sus votos de obediencia religiosa lo obligan a someterse a la orden dada por su superior y, por otra parte, no quiere renunciar a la obra que venía realizando ni abandonar a su suerte a los indios, maltratados y explotados por los soldados españoles. Además, también reconoce su parte de culpa pues sus misiones han excedido los límites estrictamente espirituales y a su acción evangelizadora han mezclado otros intereses temporales.
En medio de su lucha interior, el padre provincial invoca ante el delegado la restricción impuesta por san Ignacio de Loyola y que consistía en que ningún superior tenía derecho a ordenar algo que constituyera pecado. No obstante, un solo argumento es suficiente para desarmar al padre Fernández: este mundo no está hecho para realizar el reino de Dios, por tanto siempre existirá la injusticia para los desgraciados y oprimidos. La misión apostólica de la orden sólo debe centrarse en salvar las almas. De otro modo, el mundo odiará a los jesuitas y con el tiempo desaparecerán.
Ante esta evidencia, y aún a su pesar, el padre provincial entra en razones. Humildemente se pone a disposición del visitador real y del delegado para acatar las órdenes y entregar las misiones. Se dirige entonces a la asamblea general que ha mandado convocar para aplacar a otros sacerdotes y a los indios, quienes habían decidido rebelarse. Como consecuencia de ello, el padre provincial es herido de gravedad y esa herida finalmente le causa la muerte. Paga con su vida el acto heroico que había realizado: vencerse a sí mismo como hombre y obedecer como religioso las órdenes aparentemente injustas del padre general, para salvar la congregación de los jesuitas.

Pocas veces se han abordado en una obra de teatro problemas espirituales de tanta profundidad. Numerosos han sido los recursos literarios empleados en ella por el autor: dominio del juego escénico, diálogos sobrios y concisos, personajes muy bien delineados e intensidad dramática creciente, todo lo cual confiere a la pieza un interés y originalidad que no dejan lugar a dudas de la alta calidad y talento de este dramaturgo alemán.

martes, junio 10, 2014

LO MÁS TARDE EN NOVIEMBRE

Autor: Hans Erich Nossack, novelista; 1901-1977.

Otras obras: Espirales, Reportaje a la muerte o Dorotea, El hermano pequeño, El caso d'Arthez, etcétera.

Género y corriente: Novela expresionista.

Estructura: Está dividida en tres partes.

Sinopsis: Se trata de una novela narrada en primera persona por la protagonista, Marianne Helldegen, mujer rica, casada y madre de familia, que relata cómo un día, en el coctel donde se hace entrega de un premio literario —instituido por su propio marido, un acaudalado industrial— conoce al escritor Berthold Moncken, hombre petulante y vanidoso por quien sin embargo ella se siente atraída en forma inexplicable y, de repente, bajo el influjo de ese amor, decide abandonarlo todo y marcharse.
En realidad, no existen razones de peso para dejar a su marido; él es un hombre de negocios dedicado a su trabajo, rutinario, ordenado, sencillo, amable, un poco simple también, y casi indiferente a todo lo que no sea su empresa; a su lado Marianne se siente insatisfecha y aburrida. Casada sin amor, ni siquiera su hijo alcanza a llenar el vacío y la frustración de su vida frívola, despreocupada y burguesa.
La convivencia con Berthold es por completo distinta a cuanto ella había imaginado. El pasa la mayor parte del tiempo escribiendo; necesita y exige silencio, tranquilidad, concentración y que nada ni nadie perturbe su trabajo.
Marianne se vuelve a sentir sola, abandonada y llena de hastío; deambula por parques y museos para matar el tiempo. Tampoco con Berthold ha logrado la tan ansiada felicidad; pero a pesar de todo, no es desdichada. Aunque existe en Móncken una zona vedada, impenetrable —su mundo de escritor— a donde ella nunca tiene acceso, él es atento, considerado y más sensible de lo que aparenta. Poco expresivo, no parece entregarse por completo; y cuando han sido felices sólo se ha tratado de momentos fugaces y esporádicos, en ocasión de alguna pausa entre una y otra obra que él debe escribir.
Así las cosas, cierto día Marianne recibe la visita de su suegro —quien antes también vivía con ellos— entre ambos siempre había existido una especie de mutuo y callado entendimiento, un tácito afecto y simpatía. Al llegar conversa con Marianne, y a partir de esa conversación deduce que las cosas no andan del todo bien entre ella y Berthold, por lo tanto le propone partir juntos y regresar al hogar. Vencidas algunas resistencias, ella accede y abandona a Berthold. Sólo dos meses duró la convivencia entre ellos.
Marianne vuelve a su antigua vida, sin embargo no puede olvidar al escritor. Poco tiempo después se estrena en la ciudad una obra de Móncken y ella presiente que él vendrá a buscarla con ese pretexto, pues está segura de que los días que compartieron también dejaron huella en aquel hombre.
El día del estreno lo pasa en una larga y angustiosa espera. Por la noche, finalmente, Berthold llega. Ella no duda en volver a seguirlo; de nuevo abandona todo y parten en el auto de segunda mano recién comprado por él. Ambos se sienten radiantes de felicidad. Sobran las palabras. El amor está presente en todos sus gestos. La escena del reencuentro es descrita por el autor con un estilo poético de una profundidad y sobriedad magistrales.
La noche era fría, el viento silbaba y había granizado pero en su prisa por llegar a cualquier lugar para estar juntos aumentan la velocidad y de pronto el coche patina en el suelo resbaladizo y se estrella contra el pilar de un puente. "Salimos volando. ¡Qué ligeros éramos! Como una pluma. El viento nos llevaba hacia el pretil del puente. Cada vez más de prisa. Me agarré fuerte a la mano de Berthold, y él me oprimió también la rodilla. No queríamos volver a separarnos. Sí. Y entonces el viento nos llevó hacia otra parte, pero no sentíamos ningún daño. Todo el dolor quedaba atrás."
De este modo, juntos igual que Paolo y Francesca en la Divina Comedia (tema de la obra que Berthold había escrito), ambos encuentran la muerte. Habían cumplido, por fin, su destino.
La estructura narrativa y el estilo de esta novela son admirables. La acción y el tiempo son fundamentalmente psicológicos, y todo el acontecer interior de la protagonista se pone de manifiesto en gestos, actitudes, diálogos y largas reflexiones sobre el amor, la felicidad, la vida cotidiana y la sociedad que le rodea. Sin duda, Lo más tarde en noviembre constituye una de las obras más importantes de la literatura alemana contemporánea.

viernes, junio 06, 2014

EL SELLO INDELEBLE

Autor: Elisabeth Langgasser, novelista y poetisa; 1899-1950.

Otras obras: Viaje de los argonautas a la Marca de Brandeburgo (novela), y diversos poemas y relatos.

Género y corriente: Novela realista psicológica.

Estructura: Está dividida en varios capítulos nominados, un epílogo y un "Informe a mi lector".

Sinopsis: La obra relata la historia de un pequeño burgués de origen judío, Lazarus Belfontaine, quien sin verdadera fe se convierte al catolicismo para poder casarse con Elisabeth, unajoven de familia cristiana. Al poco tiempo la pareja tiene una hija. Sin embargo, Belfontaine no logra alcanzar la tan ansiada paz espiritual a través de estos dos importantes acontecimientos. Su constante inquietud se ahonda ante la trágica historia de una adúltera, que conmueve la opinión pública de la pequeña ciudad donde reside. Pasan los años de la primera guerra mundial. Belfontaine, ahora ciudadano francés, es ya un hombre de edad madura y su primer matrimonio pertenece definitivamente al pasado. Se casa entonces, en segundas nupcias, con Suzette Bonmarché, una joven de dudosa reputación porque se especula que posiblemente mantenía relaciones lésbicas con una amiga que luego se suicidó. Este nuevo matrimonio tampoco le produce la satisfacción buscada. Cada vez con mayor frecuencia, Belfontaine busca refugio en la soledad de la habitación de un hotel, donde se dedica a cultivar plantas exóticas y a escribir poemas. Suzette, su esposa, mientras tanto, en su constante búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias enfermizas, un día es brutalmente asesinada por un marinero desconocido al que había invitado a su casa. Sin embargo, ni siquiera esta dramática y perversa realidad es capaz de alterar la serenidad que caracteriza al protagonista, quien parece haber sido tocado por una gracia especial. El "sello indeleble" del bautismo le ha conferido una fuerza misteriosa, de la cual cada vez es más consciente. Debido a la sangre judía que corre por sus venas, Belfontaine a continuación es hecho prisionero por los alemanes. Como consecuencia es sometido a la más terrible de las pruebas: es enviado al campo de exterminio de los nazis. Ahí, una fuerza interior lo anima continuamente y le permite superar también esta dura experiencia. Belfontaine es uno de los pocos sobrevivientes del campo de concentración, pero sale de ahí convertido en un desecho humano que, sin embargo, es poseedor de una sorprendente fuerza vital que lo llena de optimismo, dueño de su destino y coronado "con la aureola de los torturados y los perseguidos". Esta impresionante novela, de carácter casi autobiográfico, puede considerarse una especie de testamento espiritual de la autora. En el epílogo, ella misma define a su novela como un cosmos completo, lo que se explica si se tiene en cuenta el contenido teológico que permea la obra, sobre todo cuando describe la conversión religiosa del protagonista con tanta minuciosidad. Para profundizar en esta experiencia, Elisabeth Langgasser contrapone de manera continua lo racional a lo irracional, argumentando que es el ansia de obtener la gracia divina la que anima la conversión a la religión católica de Belfontaine, y no razones derivadas del intelecto ni de cuestiones psicológicas como se podría suponer.