LOS TEJEDORES
Autor: Gerhart Hauptinann, dramaturgo y novelista; 1862-1946,. Premio Nobel de literatura en 1912.
Otras obras: Antes del amanecer, La ascensión de Hanneles al cielo, La campana sumergida, etcétera (teatro); Emmanuel Quint, el loco en Cristo, El hereje de Soana, etcétera (novela).
Género y corriente.: Drama naturalista,
Estructura: Consta de cinco actos.
Sinopsis: La acción de este drama social —y socialista— se ubica en Silesia, en 1840, y se basa en una revuelta histórica en ese lugar y en esa fecha, cuando los tejedores quedaron sin trabajo a causa de la introducción de telares mecánicos y de la importación de algodón. Es, por lo tanto, la historia de una insurrección, en la que el autor expresa el nuevo espíritu revolucionario de la clase trabajadora y alude al momento histórico, político y económico que se está viviendo.
Puede afirmarse que cada acto es un cuadro separado, y en cada uno la revuelta va madurando, hasta estallar amenazadora y quedar sin resolución alguna, en una especie de final abierto. La miseria, la humillación y el hambre son el alma y el fondo de estos cuadros, además de conferir unidad a la obra.
El primer acto se desarrolla en la fábrica de Dreissiger, el día de pago. La multitud de obreros se reúne para cobrar su mísero salario; todos tienen un aire angustiado, débil, enfermizo y lastimoso. Dreissiger, el patrón, no se deja ver, y sólo sale de su oficina al ver desmayarse de hambre a un niño que acompaña a los obreros. Dreissiger lo socorre impresionado y con falsas palabras calina a la multitud, que ha empezado a agitarse. Pero el tejedor Baeker no se deja convencer, y sólo él eleva el tono de su voz. Este cuadro sórdido y miserable, de hambre y pobreza, de sumisión abyecta ante el patrón, retrata desde el primer momento la explotación y la injusticia social que imperan.
El segundo acto ocurre en casa del viejo tejedor Baumert; la miseria más negra está presente en el ambiente, en las caras macilentas y en los harapos que visten los personajes. Jaeger, un soldado en uso de licencia que regresa a su terruño, prende la mecha de la insurrección. Cantando la canción que luego se convertirá en el himno de los sublevados, es él quien despierta y agita el ansia del desquite en aquellos miserables y hambrientos.
Este impulso se agudiza y toma forma en el tercer acto, cuando los tejedores reunidos en la taberna del pueblo, perturbados por las discusiones y el vino, se rebelan contra un gendarme que les prohíbe cantar el famoso himno. Entonces la multitud se dirige a la fábrica —cuarto acto-y Jaeger, el jefe, es detenido mientras la muchedumbre airada penetra a la fuerza en la mansión de Dreissiger, donde causa terribles destrozos.
El quinto y último acto plantea cierta duda sobre esta aparente victoria mediante el uso de la violencia. La acción transcurre en casa del viejo Hilse, un tejedor mutilado que, debido a sus ideas religiosas, no se deja arrastrar por la multitud sublevada. Pero la nuera se rebela contra sus "chocheces de viejo" y baja a la calle donde los soldados reprimen a los huelguistas. Y mientras el hijo de Hilse va también para defender a su mujer, el viejo tejedor es alcanzado por una bala perdida y muere frente a su telar.
El autor declaró que con este drama no perseguía intereses socialistas, sino sociales, y sólo era "un pedazo de vida, lo cual significa mucho más". Cierta o no esta afirmación, literariamente corresponde verla así, y además se trata de una obra valiosa por sus innovaciones estilísticas y teatrales dentro de la escena moderna.
1 comentario:
Lo ley el verano pasado,lo encontré entretenido,refleja la situación de la clase obrera en la Alemana del siglo XIX,su autor,el alemán Haupmann recibió el Nobel de Literatura si no recuerdo mal en 1912.
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