viernes, febrero 04, 2011

EL GESTICULADOR

                          
Autor: Rodolfo Usigli, dramaturgo; 1905-1979.

Otras obras: El niño y la niebla, La familia cena en casa, Corona de Sombras, Jano es una muchacha, Corona de fuego, Corona de luz, etc. (teatro); poemas; ensayos literarios y una novela.

Género y corriente: Tragedia moderna.

Estructura: Está dividida en tres actos.

Sinopsis: César Rubio, profesor universitario de historia, junto con su familia regresa a su pueblo natal luego de haber perdido el empleo en la capital.
Sus hijos Miguel y Julia le reprochan su fracaso y que, a causa de ello, deban ahora enterrarse en ese pueblo oscuro y desierto.
César no oculta su desánimo; pero, impulsado por cierto orgullo intelectual, espera "encontrar un acomodo" entre sus amigos políticos que participarán en las próximas elecciones.
La oportunidad no se hace esperar y ésta llega en la persona del profesor Oliver Bolton, un norteamericano también historiador.
César Rubio pone en juego con astucia sus conocimientos y aprovecha el hecho de ser homónimo de un caudillo de la revolución mexicana —misteriosamente asesinado muchos años atrás— para confundir y sorprender al "gringo", interesado en la historia de México. Para ello, César Rubio desmiente la muerte del revolucionario y se hace pasar por él. Bolton exige pruebas de tal aseveración, mismas que le son entregadas a cambio de una remuneración. Con las pruebas en la mano, Bolton saca entonces en conclusión, manipulado sutilmente por el profesor, que ha descubierto cómo el general César Rubio, precursor de la revolución, no está muerto sino vivo y oculto en un pueblo semidesértico del norte de México y es quien, por una feliz coincidencia, en estos momentos está frente a él.
El "descubrimiento" de Bolton causa alboroto y desasosiego entre los políticos, representados en esta "pieza para demagogas" por un presidente municipal, un delegado y orador del partido, tres diputados locales y el turbio general Navarro. Todos ellos acuden a casa del recién descubierto "general Rubio", unos con buenos propósitos, otros con incredulidad, perola mayoría con intrigas y por conveniencia. Las respuestas ambiguas de César Rubio los persuaden de haber recuperado al legendario ídolo y le ofrecen la candidatura al gobierno del estado. A partir de este momento, el protagonista empieza a vivir una "crisis de doble personalidad", un dualismo que oscila entre su individualidad de pobre profesor fracasado y la de un héroe popular.
La angustia de Elena, su esposa, los sentimientos amorosos de Julia y la confusión de Miguel, que no alcanza a comprender la conducta de su padre, fuerzan la situación, la cual llega al clímax cuando César Rubio se identifica plenamente con la personalidad, los ideales y la gloria del héroe, también asumidos ya por todo el pueblo.
El sencillo profesor de historia ya no existe. "La fiebre de la ambición, la lucha contra el miedo, han dado a su rostro una nobleza y a su mirada una limpidez, una seguridad casi increíble." Así, el oscuro César Rubio se ha convertido en "el candidato del pueblo" e inicia su trabajo político con esperanzas desbordantes.
Se acercan las elecciones. César Rubio significa el entusiasmo y el cambio que el país necesita; pero también representa un peligro para los contrarios, temerosos de que el nuevo "gesticulador" los aventaje y domine, triunfando sobre ellos, eternos gesticuladores.
Al final se entabla y culmina la lucha política que ya había sido esbozada con la primera aparición de Navarro. Las intenciones de este turbio personaje se adivinan claramente en la entrevista previa a las elecciones que sostiene con César Rubio. Propone toda clase de arreglos, concesiones y componendas, pero finalmente deja caer la amenaza: "Tú solo te has sentenciado, general Rubio."
Asesinan a César Rubio antes de las elecciones e, irónicamente, quien le da muerte es Navarro, el mismo que en su oportunidad eliminó al verdadero general César Rubio. Navarro ha acabado dos veces con el general Rubio, pero su segundo crimen concede la gloria y la idealización heroica al oscuro profesor César Rubio, con lo que, finalmente, triunfa su impostura.
Fue escrita en 1938, publicada en 1943 y puesta en escena durante 1947.
Esta obra alcanza un extraordinario poder de sugestión y de dramatismo, porque no sólo muestra la pintura de una situación política sino, además, la angustia íntima de un padre, el sentimiento de lealtad de la esposa, quien no se atreve a revelar el engaño; las vivencias de la hija ávida de afectos, orgullosa de su padre cuando en él se opera la metamorfosis; los celos inconscientes del hijo, que contradictoriamente quiere alejarse, pero también desea ser absorbido del todo por una supuesta verdad que se opone a la verdad de su padre, a la verdad de Elena —su madre— y al fraude de la farsa política. Por eso, Miguel grita las palabras finales de la obra: "¡La verdad!", y abandona la casa huyendo de la sombra de César Rubio.
La puesta en escena de esta tragedia dio lugar a encendidas polémicas debido a su alto contenido político; pero dejando de lado este aspecto, El gesticulador se distingue por su tensión dramática Y el uso notable del lenguaje teatral, cualidades que la han convertido en una de las obras más celebradas y representativas del autor.

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